siento que los días no se distinguen unos con otros. todos han acabado por transformarse en un eterno domingo. mañana vuelvo a clases y no sé nada. a ratos me siento tan adulta, que lo único que quiero es llorar tapándome con mi almohada y que los edificios se vayan cayendo. todo en mi vida es tan efímero, que llego a creer que nadie se quiere acercar a mí.
domingo, 17 de julio de 2011
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