lunes, 31 de agosto de 2015

estoy grande.

mañana tengo una entrevista de trabajo y no sé qué decir al respecto. lo único cierto y concreto es que necesito plata, porque necesito comprar pitos, cervezas y pizzas. lo bueno es que me preocupé de postular a un trabajo que ocupa pocas horas de mi existencia semanal para no perder mis siestas ni mi tiempo de ocio viendo series de anime.
si me voy a vender al mercado de la mierda, al menos que sea al mejor postor.

otra cosa, ¿por qué el invierno tiene que durar tan poco?
es muy triste.

domingo, 9 de agosto de 2015

ese día nunca lo voy a olvidar.

me acuerdo cuando entré a la cruz verde más cercana de la universidad a comprar un test de embarazo, porque a mi amiga le daba nervio y vergüenza. yo entré muy tranquila, porque pensaba que mi amiga era una exagerada, y que la situación iba a terminar con unas cervezas y unos pitos. pero todo cambió en ese cubículo del baño del casino de la facultad, cuando mi amiga comienza a gritar y a llorar al ver esas dos rayas rojas imponentes. no había nadie en el baño aparte de nosotras tres, y lo primero que pensé fue: cagamos. en plural, porque es mi amiga, porque es niña como yo, porque tiene mi edad y porque estaba muerta de miedo (y yo también). leímos una y otra vez el instructivo que venia en la caja, pero no hubo nada que nos hiciera tener alguna esperanza. estaba embarazada. como es de esperar, propuse el aborto, mi otra amiga se opuso, y mi amiga embarazada solo lloraba, tapándose la cara, minúscula en el mundo. nos fuimos del baño a fumar unos cigarros, nos pusimos a averiguar en el celular por misotrol, y pedimos hora al doctor para confirmar el embarazo. al final, mi amiga decidió no abortar por miedo a la clandestinidad, miedo a morir, miedo a que no resultara, y porque en el fondo ella quería tenerlo, así que optó a hacer todo lo que implica tener un hijo supongo.
ayer, finalmente, nació la emilia, y hoy día la fui a conocer. lo único que puedo decir es que, pese a que yo hubiese tomado una decisión totalmente diferente, siento un amor profundo y genuino por la hija de mi amiga, y pienso enseñarle a andar en bicicleta y hacer origamis de animales. estoy contenta.