martes, 13 de enero de 2015

si no tengo a nadie con quién conversar, entonces tengo que escribir.

las cosas van de mal en peor. eso es un hecho irrefutable que no entra en discusión. estoy cesante nuevamente y pobre como siempre. cuando fui a mi último día de trabajo llegué a mi casa de un humor irreconocible, ordené mi pieza y, contentísima me senté frente a mi computador a buscar series, sin importar si eran buenas o malas. me encontraba realmente extasiada por la libertad y por mi reencuentro con el ocio, el tiempo muerto y las siestas que al despertar me hacen creer que no estoy en mi casa, pero luego de ver al colillin al lado roncando me doy cuenta que estoy donde siempre. todo esto se ha ido derrumbando porque me he visto envuelta en una situación que me acecha y me amenaza siempre: estoy sola. si, sola estoy, sola me encuentro y sola moriré. no quiero desmerecer la compañía de mis perros, pero con ellos no puedo beber cerveza, no puedo desahogar mi odio al verano, no podemos fumar pitos juntos, ni mucho menos salir a andar en bici. siempre que reflexiono ante mi condición de humana desolada con tiempo libre, me castigo, me reto, me sermoneo, pero jamas aprendo mi lección. las personas me decepcionan sin piedad y yo sigo firme pensando que eso no esta pasando, que en serio me quieren, que es una época puntual noma y que de nuevo me van a pescar. lo peor es que puede que tenga razón, pero tengo que tener el mínimo de amor propio para alejarme de manera definitiva o que me apañen siempre, pero weas a medias no las puedo (o debo) aceptar. esto de las relaciones es incluso peor que pololear, aunque he pololeado una vez y fue hace como cuatro o cinco años, no me acuerdo ya. en fin, el asunto es que me he visto en el sillón haciendo zapping, viendo master chef o ese reality flaite del mega. soy patética, y lo que es peor aun, también soy guatona, y esas dos cosas, al mismo tiempo, son insostenibles, es mas de lo que cualquier ser vivo puede soportar.
la única esperanza, o más bien lo que me va quedando, es el viaje al sur que apenas resiste, porque al menos nadie se ha echado para atrás, tenemos carpa, los pasajes, la mochila que le robé a mi hermana y unas chauchas de mi explotación laboral. espero de todo corazón que chiloe tenga un lugar para mí, y que aparezca alguien por generación espontanea y me diga que no soy tan perdedora, que tengo algún brillo y que no tiene nada de malo eructar con la cerveza.
mi reflexión, entonces, es que necesito amigos, pero de esos que me hablen, me ofrezcan panoramas aunque hayan treinta grados, que tengan ganas de verme, porque no puedo estar siempre yo buscando cariño y mandando mensajes ridículos. yo también necesito que me busquen, y si no les nace esta bien, pero déjenme sola definitivamente, no a medias o cuando ya no tengan pololos o amigos divertidos, porque es en esos momentos cuando se acuerdan de mí. 
soy un desastre, es cierto, pero todavía valgo un poquito.