martes, 27 de octubre de 2009

carta escapista.

mamá papá hermanos tíos y abuelos me encuentro bien me fui anoche como a las tres am así nadie me sentía no quiero volver repito que estoy bien mejor lejos que cerca no quiero poner comas ni puntos yo sé que me entienden o sea dentro de lo que hablamos en todas las navidades de mi vida no quiero volver no creo que vuelva no volveré no tengo celular y si tuviera no lo daría tampoco no los llamare aunque tenga los números de todos ustedes anotado en un cajón de mi hemisferio derecho cuiden a mi perro el no tiene la culpa quizá vuelva por él pero solo por él ustedes tampoco tienen la culpa siempre me quise ir sin avisar y no verlos más cada cierto tiempo me reportare y escribiré lo mismo de siempre lo único que sé hacer escribir eso no los culpo insisto siempre me quise ir pero tampoco era feliz con ustedes tampoco lo soy ahora adiós. (el punto final es necesario poner) posdata me teñiré el pelo azul


lunes, 26 de octubre de 2009

yo no sé, mira, es terrible como llueve.

tengo ganas de salir corriendo, pasarme por el techo, saltar bien alto y sentarme en una roca gigante y contar ovejas infinitamente hasta cansarme y decidirme volver a casa. volver al lugar de donde nunca me he ido, pero el día que me vaya de verdad me sentiré valiente, tan valiente como los perros que viven solos bajo el mapocho y no le temen a nada. a veces pienso que me gustaría ser un monstruo gigante que destruye la ciudad y los corazones de las personas para luego juntar pedazos distintos de corazones y hacerlos todos de nuevo, pero estamos en el dos mil nueve y esa tecnología aún no llega, y mi cabeza tiene que solo pensar en las pruebas del colegio y en como despertar mas optimista.


sábado, 17 de octubre de 2009

i think i need a new heart.

siento como si volviéramos a varios años atrás cuando la mayor parte del tiempo tenias pena, llorabas muy seguido, fumabas en exceso, y yo iba en tercero o cuarto básico y me preguntaba las mismas cosas triviales que me pregunto ahora a los dieciséis. no sé como volvimos a eso, tampoco sé en que momento paso esto, pero me gustaría que se acabara luego, y si es posible ahora, en este minuto, en este segundo. pero lo que me tiene peor es que no sé si odiarte a ti o a tu estado de ánimo. me gustaría meterme en tu cabeza, cambiar unos cables y acomodar bien el hemisferio izquierdo y derecho y hacerte funcionar como siempre o como deberías ser, o poder decirte todo esto en la cara que pasen por tus oídos sin que te enojes y me digas desconsiderada, haciéndome la ley del hielo por cinco días.